irene grau

'dia incoherent' by irene grau

dia incohérent, 2022.

Action carried out on 02.04.2022.

It is not easy to be radically incoherent, neither in language nor in painting. The Situationists achieved this in their anti-artistic intent, walking in a dérive and empowering the figure of the flâneur, that figure wandering aimlessly in the midst of the accelerated context of modernity. Incoherent is the confused, the discordant, the incomprehensible, that which escapes logic; in short, the proposal of something alternative, often in contradiction to the usual ways of inhabiting. Incoherence is in many cases based on the absurd, or so it seems, as when irene grau proposes to experience an incoherent day completely covered in blue dye. I think of how Derek Jarman used this colour as a metaphor for the blindness he suffered from AIDS, presenting a film whose only image consists of a monochrome blue over which an autobiographical text of the author is recited. Here the relationship is different, less severe but equally ironic, linking directly with the actions of Les incohérents, the Parisian collective formed in the late 19th century by a heterogeneous group of (non)artists whose proposals included a series of satirical monochrome images by the poet Paul Bilhaud and the French humorist Alphonse Allais, who presented absurdly monochrome situations in his album Primo Avrilesque. At the time, the idea of the monochrome arose as a conceptual joke, a graphic critique of the trend towards landscapes such as those of Turner or Whistler. Today, irene grau proposes an immersion in the monochrome from a humorous perspective, pushing the possibilities of painting to the extreme. If a few years ago, at the DIDAC Foundation, irene grau walked through the green spaces of Santiago de Compostela dressed entirely in green and carrying a green painting to generate a painting understood as a phenomenon of the gaze and as a thought that precedes the work itself, now, at Appleton in Lisbon, she proposes an incoherent day which integrates small everyday pictorial actions infused with blue. This perceptual fissure serves to immerse us in a kind of rollicking and inexorable journey through art history, from Cézanne's still lifes of blue shadows to the inhabited painting of Helena Almeida and the monochrome spirit of Yves Klein.

Text by David Barro, curator of this exhibition. 2022, Appleton Square, Lisbon, with the collaboration of the DIDAC Foundation.

Photography and audiovisuals by Álex Marco. Installation views by Bruno Lopes.
Acción realizada el 02.04.2022.

No resulta fácil ser radicalmente incoherente. Ni desde el lenguaje ni desde la pintura. Los situacionistas lo consiguieron en su intencionalidad anti-artística, caminando a la dérive y empoderando la figura del flâneur, ese personaje inútil en el contexto acelerado de la modernidad. Incoherente es lo confuso, lo discordante, lo incomprensible, lo que escapa a la lógica, en definitiva, la propuesta de algo alternativo, en muchos casos contradiciendo el modo de habitar. La incoherencia se asienta en muchos casos en el absurdo, o eso parece, como cuando irene grau propone experimentar un día incoherente teñido absolutamente de azul. Pienso en cómo Derek Jarman utilizó este color como metáfora de la ceguera sufrida por él mismo a causa del SIDA, presentando una película cuya única imagen consiste en un azul monocromo sobre el que se recita un texto autobiográfico del propio autor. Aunque aquí la relación es otra, menos severa pero igualmente irónica, entroncando directamente con las acciones de Les incohérents; el colectivo parisino de finales del siglo XIX formado por un heterogéneo grupo de (no)artistas entre cuyas propuestas se encuentran una serie de imágenes satíricas monocromas del poeta Paul Bilhaud y del humorista francés Alphonse Allais, que en su álbum Primo Avrilesque presentaba situaciones absurdamente monocromas. La idea de monocromo surgió entonces como una broma conceptual, una crítica gráfica a la tendencia de paisajes como los de Turner o Whistler. Ahora, irene grau propone una inmersión en lo monocromo desde el humor, extremando las posibilidades de la pintura. Si hace unos años irene grau paseó por los espacios verdes de Santiago de Compostela vestida de verde y llevando un cuadro verde para generar una pintura entendida como un fenómeno de la mirada y como pensamiento que antecede a la obra en sí en la Fundación DIDAC, ahora en Appleton, en Lisboa, propone un día incoherente que integra pequeñas acciones pictóricas cotidianas impregnadas de azul. Mientras, esa fisura perceptiva nos sumerge en una suerte de desplazamiento inevitable por la historia del arte sin puntos y aparte: desde los bodegones de sombras azules de Cézanne, a la pintura habitada de Helena Almeida, pasando por el espíritu monocromo de Yves Klein.

Texto de David Barro, comisario de la muestra. 2022, Appleton Square, Lisboa, con la colaboración de la Fundación DIDAC.

Fotografía y audiovisuales por Álex Marco. Imágenes de la instalación de Bruno Lopes.